Diversas
son las causas que han generado y agudizado la actividad ilegal del mototaxismo
en la ciudad de Valledupar, por lo que se hace necesario un análisis descarnado
de las mismas, aceptando y afrontando la responsabilidad que compete a cada
quién, para tratar de encontrar la más sana y lógica solución del problema.
1. El alto grado de informalidad laboral en la
ciudad de Valledupar, donde no existen las condiciones mínimas que garanticen a
las personas en edad laboral, un empleo digno.
2. El índice de pobreza en Valledupar es del
44.8% mientras el índice nacional se encuentra en el 30.6% Con relación a la
pobreza extrema, este índice se ubica en el 12.5%en la ciudad de Valledupar,
frente al índice nacional ubicado en el 9.1% y actualmente, la tasa de
desempleo de Valledupar se encuentra en el 9.9%. En un conglomerado social con
los indicadores anteriormente expuestos, donde las oportunidades de formación y
de laborar formalmente son precarias, se generan altos índices de informalidad
asociadas a las carencias y precaria economía familiar, esencialmente por
restricción en los ingresos.
3. En este tema, el Departamento del Cesar
tiene la tasa más alta de contravenciones, hurto a vehículos y piratería
terrestre de la Región Caribe, superando, en el tema de contravenciones, la
tasa nacional y los demás departamentos de la región.
4. Una cuarta causa que no podemos dejar de
considerar, es el tema de víctimas del conflicto armado. Entre los años 2.000 y
2013, nuestro Departamento registra 360.110 víctimas que representan el 18% del
total de víctimas generadas por el conflicto armado registradas en la Región
Caribe. De estos, Valledupar ha recibido alrededor de 140.000 desplazados a la
fecha.
5. La siguiente causa considerada tiene que
ver directamente con la deficiente infraestructura vial
de la ciudad, donde actualmente, las únicas vías que se encuentran en condiciones óptimas de tránsito, son las que ha intervenido la Gobernación del Departamento. Sumamos a esta causa el pésimo estado en que se encuentra el parque automotor, mediante el cual se presta el servicio de transporte público en la ciudad, con vehículos en muy mal estado, con más de 20 años de servicio, sin aire acondicionado, en un clima tan fuerte como el nuestro, carentes de las mínimas comodidades para los usuarios del servicio y atendidos por conductores sin la formación necesaria para la presentación de este servicio. En este análisis es importante incluir el limitado cubrimiento de la ciudad con las actuales rutas, que no supera una tercera parte de la misma, así como la falta de políticas públicas en el tema del transporte colectivo. Frente a este complicado panorama, expresamos la incertidumbre en que se encuentran los empresarios del transporte legal, quienes no se atreven a realizar las inversiones que requiere el sector, ante la competencia desleal que representa el transporte informal, la amenaza que para esta inversión significa la grave inseguridad en diversos sectores de la ciudad que requieren de este cubrimiento, además del pésimo estado de la infraestructura vial.
de la ciudad, donde actualmente, las únicas vías que se encuentran en condiciones óptimas de tránsito, son las que ha intervenido la Gobernación del Departamento. Sumamos a esta causa el pésimo estado en que se encuentra el parque automotor, mediante el cual se presta el servicio de transporte público en la ciudad, con vehículos en muy mal estado, con más de 20 años de servicio, sin aire acondicionado, en un clima tan fuerte como el nuestro, carentes de las mínimas comodidades para los usuarios del servicio y atendidos por conductores sin la formación necesaria para la presentación de este servicio. En este análisis es importante incluir el limitado cubrimiento de la ciudad con las actuales rutas, que no supera una tercera parte de la misma, así como la falta de políticas públicas en el tema del transporte colectivo. Frente a este complicado panorama, expresamos la incertidumbre en que se encuentran los empresarios del transporte legal, quienes no se atreven a realizar las inversiones que requiere el sector, ante la competencia desleal que representa el transporte informal, la amenaza que para esta inversión significa la grave inseguridad en diversos sectores de la ciudad que requieren de este cubrimiento, además del pésimo estado de la infraestructura vial.
Quienes
ejercen la actividad del mototaxismo y cuál es la real situación de estas
personas: De acuerdo con el DPS, quienes desempeñan la actividad son personas
esencialmente de sexo masculino, menores de 29 años, con compromisos
familiares, con uno o dos hijos, predominantemente con educación segundaria
interrumpida, principal aportante en la economía familiar, Vulnerables,
expuestos a alta presión o tensión emocional derivados de su situación
económica, propietarios del vehículo, sometidos a largas jornadas laborales,
propensos a accidentes de tránsito, vulnerables ante asaltos, incrédulos frente
a las promesas de mejora de la gestión municipal, que toman la actividad como
una oportunidad laboral, pero que aspiran y están dispuestos a cambiar su
actividad como mototaxistas por otra actividad menos dura y riesgosa que se les
ofrezca.
Estas
afirmaciones están respaldadas por las siguientes estadísticas: En la ciudad de
Valledupar circulan cerca de 80.000 motos de las cuales, 55.000 se encuentran
registradas en la Secretaria de Transito Municipal.
Esto
se convirtió en un problema social, al cual se le debe dar un tratamiento
especial para erradicarlo.
EL
MOTOTAXISMO: CAUSAS Y POSIBLES SOLUCIONES
"El
mototaxismo es un problema social que tiene su origen ante todo en la forma
como está
Es
un problema social porque de esta actividad informal de transporte público
cientos de miles de personas derivan su sustento diario. Al mismo tiempo, el
mototaxismo moviliza en todo el país a millones de pasajeros cada día, a un
precio inferior al de su principal competidor, el transporte público colectivo
y del taxi.
Sin
controlar, el mototaxismo podrá generar mucho “empleo” pero acabará con el
transporte colectivo y aumentará significativamente la contaminación ambiental
en las ciudades colombianas. Por ello, la solución al problema es compleja y va
más allá de prohibir este servicio por medio de un decreto nacional, como lo
hizo el presidente Uribe al expedir el decreto 2961 de 2006.
El
servicio de transporte público en Colombia
El
modelo colombiano para la prestación del transporte público colectivo conduce a
un transporte de
baja calidad, con una flota inflada y una tarifa muy alta,
inasequible para los más pobres -quienes más necesitan el servicio-. En este
modelo, los municipios otorgan permisos a las empresas de transporte público
para operar rutas. Sin embargo, en éste no se obliga a las empresas a ser las
propietarias de la flota de buses. Por el contrario, la legislación permite a
las empresas "afiliar" buses que son propiedad de pequeños inversionistas,
que llamaremos propietarios. Las empresas de transporte público entonces
derivan sus ingresos de vender un cupo por cada bus que entra a prestar el
servicio y de cobrarle un rodamiento, que no es más que un alquiler mensual por
el derecho a operar en las rutas de la empresa. Así, las empresas maximizan la
ganancia al inflar la flota por encima del nivel requerido para prestar un
servicio adecuado.
Los
propietarios, por su parte, son junto con los conductores los verdaderos
encargados de prestar el servicio. No obstante, tienen pocas herramientas a
mano, en particular porque no tienen cómo controlar la sobreoferta. En la
medida que las empresas han fomentado la entrada de autobuses, el número de
pasajeros transportados por cada vehículo ha disminuido. En Bogotá, por
ejemplo, entre el año 2001 y el año 2005 el volumen diario de pasajeros
transportados por bus bajo 21% y en las busetas 12%.
Muchos
usuarios han dejado de usar el transporte colectivo y han optado por otros
modos como caminar o el mototaxismo, que encontró acá un nicho fértil para
establecerse. Sin embargo, hay que examinar a continuación por qué miles de
compatriotas buscaron sustento en el mototaxismo.
En
síntesis, el modelo económico colombiano produjo resultados contrarios a los
teóricos. La ausencia de suficientes empresas competitivas y más importante la
falta de políticas públicas para ayudar a crearlas generaron una pobreza
perenne, un bajo crecimiento del ingreso real, y un alto desempleo. Mucha gente
desesperada buscó en el mototaxismo la fuente de ingresos que la economía no le
ofrecía. Nótese que el éste no tiene su origen en una ausencia de capital. Por
el contrario, había personas con capital, dispuestas ya fuera a invertir en
decenas de motos y contratar conductores o en prestarles a otros para que
adquirieran una moto. Lo que falta es buenas empresas que utilicen ese capital
y empleen a la gente.
Las
soluciones
El
análisis sugiere que prohibir por decreto el mototaxismo es un recurso que lo
frenará por un tiempo pero no lo eliminará. La razón es que, ante la falta de
alternativas de empleo, los mototaxistas se movilizarán políticamente para
legalizar su " industria" por ley del congreso. En efecto, ya están
en trámite varios proyectos de ley en este sentido. En paralelo, los empresarios
del transporte colectivo y los propietarios de los autobuses están divididos ya
que el transporte colectivo está cerca del colapso y cada cual hala para su
lado.
Una
solución al mototaxismo comienza entonces por cambiar la estructura del
transporte colectivo al acercar a las empresas a la prestación del servicio y
eliminar la fórmula de cálculo tarifario que traslada al usuario el costo de la
sobreoferta. La tarifa puede y tiene que bajar para hacer al transporte
colectivo competitivo con el mototaxi.
Pero
la solución de fondo está en realidad en introducirle pequeños cambios al
modelo económico colombiano. En particular, igual que ocurre en el Asia, en
Estados Unidos y en Europa, el gobierno nacional debe subsidiar la adquisición
de conocimiento al mejorar la educación y al ayudar a las empresas a generar
“activos basados en conocimiento” que las hagan competitivas e innovadoras. Al
mismo tiempo, y nuevamente similar a como ocurre en las zonas del mundo
mencionadas, los gobiernos de los departamentos y los municipios pueden ayudar
a la generación de riqueza si adoptan políticas modernas de desarrollo
económico local. Dichas políticas buscan que las empresas locales se vuelvan
competitivas al adquirir conocimiento. Por algo es que los acuerdos de la
Organización Mundial de Comercio permiten subsidiar al conocimiento al 100%.
Con empresas de este tipo, el salario real bajo deja de ser la variable clave
para ser competitivo y pasa a ser un elemento que aumenta constantemente y
genera un círculo virtuoso de crecimiento, empleo y bienestar.